
La australiana Justine Clark se convirtió a los 26 años en la primera aspirante con discapacidad en presentarse al certamen de Miss Mundo Australia, rompiendo los estereotipos sobre la belleza en este tipo de eventos.Para ella, el estar en una silla de ruedas no es sinónimo de impedimento, todo lo contrario, pues ella quiere que su mensaje se escuche alto: "Una silla de ruedas no me define o me limita. Puedo ser fuerte, femenina y guapa. Quiero que la pasarela sea un lugar inclusivo y justo para todo el mundo."
Aunque fue eliminada en las primeras rondas del concurso, tiene toda la intención de seguir siendo un ejemplo para las personas con discapacidades "Para alguien en una silla de ruedas poder competir es un gran logro. Espero que esto sirva para enviar un mensaje de que ni la raza ni una discapacidad te hacen diferente. Que quede claro que todas las mujeres son hermosas," menciona al diario australiano The Advertiser.
A Justine le gusta alimentarse sanamente, lleva una dieta vegana, y le encanta hacer deporte por lo cual va al gimnasio a ejercitarse. Su participación en el certamen muestra claramente que la belleza es diversa y que estos concursos deben ser inclusivos.