Noelia Garella desde niña ha sido rechazada y etiquetada como "monstruo" porque tiene Síndrome de Down. Años después ella desafiaría los estigmas sociales en torno a su discapacidad convirtiéndose en lo que siempre había soñado: ser maestra de preescolar. Fue un largo viaje el que recorrió para recibir su nombramiento como maestra titular pues se enfrentó a una considerable oposición pública. Sin embargo, esas dudas terminaron en un reflexión en la comunidad donde concluyeron que el trabajo de Noelia debía dignificarse.
En 2007 se graduó como maestra de preescolar en Córdoba, Argentina. A partir de 2012 comenzó a ejercer su profesión como encargada del programa de estimulación temprana a la lectura en el preescolar Capullitos.
La exdirectora de esa escuela, Alejandra Senestrari, recuerda "Muy rápido nos dimos cuenta de que tenía mucha vocación y daba lo que más aprecian los niños de las salas maternales, que es el amor". Y es que la clave del éxito de Noelia fue su perseverancia, la confianza en sí misma y el apoyo que recibió de sus seres queridos.